Las sesiones de familia siempre tienen un encanto especial, y esta no fue la excepción. En esta ocasión, realizamos un reportaje de fotografía de familia en Tarragona, en el Pont del Diable, un lugar con mucha historia y rodeado de naturaleza. Es una localización perfecta para capturar momentos auténticos y naturales, que es precisamente el tipo de fotografía que me encanta hacer.

La sesión fue muy especial porque, además de los papás y la pequeña Julia, también estuvo presente Tuca, la perrita de la familia. Me encanta cuando las mascotas se suman a la sesión, porque aportan espontaneidad y ayudan a que todo fluya de forma natural. Julia y Tuca disfrutaron explorando el entorno, jugando entre ellas y compartiendo momentos muy tiernos que quedaron inmortalizados en las fotos.

Lo mejor de hacer fotografía de familia en Tarragona al aire libre es que los niños pueden moverse con libertad, lo que nos permite capturar expresiones genuinas y momentos espontáneos. La luz del atardecer fue clave para conseguir un ambiente cálido y envolvente en cada imagen.

A lo largo de la sesión, fuimos combinando retratos en grupo con fotos más naturales, aprovechando la interacción entre ellos. Desde abrazos y miradas cómplices hasta risas espontáneas, cada fotografía cuenta una historia única.

Si estás pensando en hacer una sesión de familia en Tarragona, el Pont del Diable es una opción fantástica. Su mezcla de historia y naturaleza lo convierte en un escenario perfecto para un recuerdo especial.

¿Te gustaría guardar un recuerdo así con tu familia? ¡Hablemos y organicemos una sesión a vuestra medida!